Los bajos índices de lectura en México no dependen sólo de las políticas públicas orientadas al ámbito educativo y cultural, sino también a los niveles socio-económicos del país, por lo que se tiene que atender de forma integral este problema advirtió Miguel Ángel Porrúa, durante su conferencia sustentada en el simposio “Políticas culturales en transición”.
Porrúa, editor con más de 40 años de experiencia, dijo que vislumbra un futuro crítico para México porque para que impacten los programas de lectura primero deben satisfacerse las necesidades básicas de la población como son la alimentación y la seguridad. Dijo que hasta el momento no percibe un cambio sustantivo en las políticas públicas orientadas a fortalecer la industria editorial nacional y mejorar los índices de lectura en el país que se mantienen muy por debajo de países latinoamericanos como Uruguay, Colombia o Argentina.
“A veces me pregunto frecuentemente, la razón por la que algunos gobiernos consideran que la lectura es una actividad peligrosa y quizá sea porque ellos entienden y consideran que la lectura proporciona la libertad, el juicio crítico y la opinión propia a quienes la practican, luego entonces, deducimos, que quien sabe leer es más temido y eso es lo que nos está sucediendo”.
Durante su conferencia, impartida en la Sala de Exrectores del Centro Cultural Universitario, advirtió también sobre el impacto que las nuevas tecnologías pueden tener no sólo en la industria editorial, sino en la memoria histórica de los países porque el resguardo del conocimiento en espacios intangibles como la nube puede significar un riesgo para su seguridad.
Pese al avance en las ediciones y ventas de libros en formato digital, Miguel Ángel Porrúa aseguró que “los libros impresos no morirán” porque siempre se requerirá del objeto tangible que pueda ser compartido y resguardado. No obstante, reconoció que las nuevas tecnologías están cambiando la forma en que los adolescentes, principalmente, se relacionan con el conocimiento, incluyendo los libros, por lo que habrá un impacto tanto en el lenguaje como en la forma de relacionarse.
Al hacer un análisis de algunas de las causas que han generado bajos niveles de lectura en México, dijo que son múltiples causas que deben ser atendidas; además de los problemas socioeconómicos, consideró que hace falta mayor interés de las instituciones, mejores selecciones de títulos en las sesiones de lectura, más bibliotecas públicas y escolares, entre otros.
El encuentro fue organizado por la secretaría de Difusión Cultural y Extensión Universitaria y la DES Humanidades de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).