Fotografía de Polox Hernández, tomada de https://unsplash.com/photos/lRpTgmEsuXc
En México la Subsecretaría de Prevención de la Salud, adscrita a la Secretaría de Salud (SA), informó que el primer caso de contagio de COVID-19 fue el día 27 de marzo de 2020. El 18 de marzo, el Consejo Nacional de Salud (CNS), acordó implementar medidas de prevención y control que incluyeron acciones de ajuste al presupuesto, la ampliación de los programas sociales y las actividades escolares fueron canceladas. A partir del 26 de marzo, se suspendieron las actividades no esenciales del gobierno federal y el 30 de marzo la suspensión se amplió para todos los sectores económicos, exceptuando actividades de seguridad, salud, energía y servicios de limpieza. En esta misma fecha se exhortó a las empresas con operaciones no esenciales, a permitir que sus empleados se resguardaran en casa.
A partir del 15 de marzo se sugirió a la población evitar la realización de viajes internacionales no esenciales, pero no se restringió ni prohibió la entrada y salida de viajes nacionales e internacionales. El 31 de marzo, se ordenó el cierre temporal de las playas a nivel nacional, periodo que comprendió el asueto de Semana Santa.
El COVID-19 representa un choque de oferta y demanda, casi al mismo tiempo. Ambos aspectos impactarán el intercambio de bienes y servicios. Por el lado de la oferta, las medidas de control de la pandemia generan restricciones al transporte, movilidad laboral y el cierre de lugares de trabajo que actúan como perturbaciones de la oferta a la economía. Además, estas restricciones en el transporte y el movimiento de mano de obra deterioran la capacidad de producción de la economía, interrumpiendo los suministros de insumos. Esto se extiende hacia el lado de la demanda ya que un número importante de personas fueron confinadas al trabajo en sus hogares (donde fue posible) y algunos trabajadores fueron despedidos y perdieron sus ingresos.
En economía el impacto económico se estudia a través del análisis estructural en su vertiente de matrices de insumo-producto. Desde el lado de la demanda su usa el modelo de Leontief, que considera variaciones en la demanda final que multiplica a una matriz inversa de insumos, con coeficientes técnicos (coeficientes de insumo fijos) que a su vez determinan los efectos en la producción, el empleo y el valor agregado de una economía.
Por el lado de la oferta lo que se utiliza es el modelo de Gosh, que considera que las variaciones provienen principalmente de la diversificación en los insumos utilizados en la generación de bienes y servicios, es decir, se considera una matriz inversa de productos fijos en contraposición de insumos fijos que mide el efecto en la producción, empleo y valor agregado inducido por una variación en la disposición de insumos, en contraposición de una disminución en el consumo o demanda final.
Para el presente ensayo se generan diferentes escenarios de simulación que incluyen variaciones porcentuales en la demanda final y/o variaciones en la disponibilidad de insumos (oferta), principalmente, el insumo trabajo a través de reducción en remuneraciones y/o productividad de las empresas. Estos escenarios incluyen la variación en la disponibilidad laboral de actividades esenciales y no esenciales, así como la variación en la demanda final, en particular, el consumo privado.
Los sectores esenciales como el de agricultura, generación de electricidad y los servicios de salud, consideran un incremento del 5%, 5% y 10% respectivamente, mientras que los sectores del comercio al mayoreo y menudeo consideran un incremento del 2%. Los sectores no esenciales como las manufacturas consideran una disminución del 20%; construcción 20%; servicios culturales 5%; transporte 30%; y los servicios de preparación de alimentos, 30%. El resto de los sectores se consideran sin cambios.
Para la consecución de los resultados se utiliza el simulador del impacto del COVID-19 de insumo-producto, implementado por el INEGI. Este simulador considera 20 sectores de la economía.
Los resultados señalan que el choque de oferta es del 6.6%, por lo que la producción nacional se reduce en 4.8%; el valor agregado cae 3.7% y el empleo se reduce en 6.3%. Por el lado de la demanda, el choque en el consumo privado es del 4.7%, con una disminución del 5.1% en la producción nacional; 4.1% en el valor agregado y 4.1% en el empleo. Es importante subrayar que estos resultados son una evaluación inicial, en donde los escenarios se definieron con información incompleta del total de los sectores de la economía mexicana.
Dirección general de epidemiologia, 2020ª, 2020b, 2002c, 2020d.
Simulador del INEGI. https://www.inegi.org.mx/investigacion/covid/
ANTONIO KIDO CRUZ
Facultad de Contaduría y Ciencias Administrativas
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
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