Cortesía de Jorge Orozco Flores.
El actual proceso infeccioso denominado Covid-19, provocado por el virus SARS-CoV-2 (Coronavirus, familia Taxonómica Coronaviridae), es el responsable de esta enfermedad sistémica que tiene diversas complicaciones a nivel de salud, entre ellas la que más destaca por su prevalencia son los problemas de coagulación y en vías respiratorias a nivel pulmonar, esto por el compromiso que existe del sistema vascular que recubre a los pulmones y median el proceso biológico de intercambio de gases (Oxígeno y Bióxido de Carbono), que es parte del proceso de la respiración.
El SARS-CoV-2 tiene diversas particularidades que le permiten infectar y propagarse con una relativa facilidad entre los seres humanos. Para tratar de entender las peculiaridades del presente virus pandémico, es necesario tener como antecedente que se presentó un brote infeccioso por el SARS-CoV, un coronavirus que provocó un brote pequeño en 2003, que fue controlado y eliminado en la región asiática de Taiwán, en Julio del 2003, como lo reportó en su momento la Organización Mundial de la Salud (OMS). El SARS-CoV y el SARS-CoV-2, se propagan de una manera diferente aun cuando utilizan el mismo receptor: la Enzima Convertidora de Angiotensina 2 (ACE2), que es una enzima expresada en las membranas celulares de los órganos y sistemas con mayor gasto cardiaco como son los pulmones, las arterias, vasos capilares, tejido cardiaco, los riñones y los intestinos.
Al analizar molecularmente a las proteínas que tienen la forma de “púas” de la estructura viral (cápside) del Coronavirus y al comparar las secuencias genómicas de los dos tipos de virus (SARS-CoV y SARS CoV-2), se evidencia que el actual virus ha desarrollado una proteína que le permite unirse fuerte y selectivamente a otra proteína humana (Neuropilina-1), de esta manera el SARS-CoV-2 es capaz de utilizar a este receptor llamado Neuropilina-1, que es muy abundante en varios tejidos humanos, incluido el tracto respiratorio, los vasos sanguíneos y las neuronas. Sin embargo resta establecer la vía anatómica de acceso del virus y esto es referente a la vía nasal, a diferencia del receptor principal ACE2, que está presente en niveles bajos, la Neuropilina-1 es muy abundante en las células de la cavidad nasal. Se trata de una localización de importancia estratégica que posiblemente contribuya a explicar la infectividad eficiente de este nuevo coronavirus, que ha provocado la actual pandemia y que se disemina entre la población humana.
Se ha pensado que la proteína fundamental en el proceso de infección ACE2, funcione como una “cerradura” que permita ingresar a la célula a infectar y por lo tanto la Neuropilina-1 podría ser un factor molecular que conduzca al virus hacia la “puerta celular”. Este planteamiento puede ser válido, porque la proteína ACE2 se expresa en niveles moleculares bajos en la mayoría de las células, comparado con la proteína Neuropilin-1. Por lo tanto, al virus le resulta necesario dentro del proceso de propagación e infección (contagio) entre seres humanos entrar en células que expresan proteínas relativamente abundantes en su expresión celular como la Neuropilina-1, la cual sabemos está presente en tejido nasal, por ello es muy necesario que se implementen formas de disminuir la exposición al SARS-CoV-2, como es el uso correcto de cubrebocas (que protejan cavidad nasal y cavidad oral), así como las prácticas de higiene personal, como es el lavado frecuente de manos, acciones asequibles para la gran mayoría de personas.
Estas acciones podrían ayudar a romper la cadena de contagios del SARS-CoV-2 entre humanos y evitar complicaciones mayores a los diferentes sistemas orgánicos de los pacientes ya infectados o expuestos al coronavirus. Estas herramientas de prevención infecciosa deben contar con la fuerte promoción de la información entre la población, que permita comprender por qué es importante utilizar el cubrebocas y exigir la higiene personal, para salvaguardar los derechos humanos inherentes a la salud y a la vida de una manera incluyente y respetuosa de los derechos humanos, con conciencia de que las herramientas moleculares y celulares tienen una aplicación en la defensa de los derechos humanos. Como lo han hecho saber Giuseppe Balistreri, jefe del grupo de investigación de Biología Celular Viral en la Facultad de Biología y Ciencias Ambientales de la Universidad de Helsinki, Finlandia, que han evidenciado el papel de la Neuropilina-1 en la propagación del SARS-CoV-2, responsable de la Covid-19.
Referencias Bibliográficas
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RAFAEL ORTIZ ALVARADO
Facultad de Químico Farmacobiología
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo