Franco-Prussian War: peasants going to bury the dead from the Battle of Worth. Wood engraving. Credit: Wellcome Collection. Attribution 4.0 International (CC BY 4.0). Tomada de https://wellcomecollection.org/works/b5j7m7qn
En cualquier guerra, conocer al enemigo es fundamental para determinar el frente de ataque y de defensa. El reto es aún mayor si se trata de un enemigo invisible que solo deja huella. El atacante en cuestión mide alrededor de 100 nm de diámetro. Imposible siquiera imaginarlo, pero tiene el tamaño suficiente para desarrollar todo un arsenal que le permite invadir y destruir todo a su paso con el único propósito de multiplicarse y seguir invadiendo a su hospedero opositor o a otros cercanos. ¿De qué depende entonces el éxito del hospedero? Casi exclusivamente de sus defensas, y en menor medida de la ayuda externa que éste pueda recibir. El enemigo en esta guerra es el SARS-CoV-2, el beta coronavirus agente causal de la enfermedad denominada COVID-19.
Desde que se reportaron los primeros casos de personas infectadas en China en las postrimerías del año pasado, hasta nuestros días, han transcurrido 6 meses de una extensa investigación científica a nivel mundial que ha logrado desmenuzar la estrategia ofensiva del enemigo, fundamental para poder determinar la táctica de defensa y contrataque. Si no se conoce al enemigo, vencerlo es imposible, y el SARS-CoV-2 demuestra que no hay enemigo pequeño.
En estos 6 meses, logró determinarse que el principal puente de ingreso que el SARS-CoV-2 utiliza para invadir a su hospedero contrincante es la proteína S (de Spike), localizada en la superficie del virus, la cual se une a la “enzima convertidora de angiotensina 2” (ECA2), que utiliza como receptor y está presente en la superficie de prácticamente todas las células del organismo, pero se expresa en mayor cantidad en las células de las vías respiratorias inferiores.
Lo ideal en esta guerra, como en cualquier otra, es bloquear este evento de ataque inicial, impedir que el enemigo llegue, porque una vez adentro es muy difícil eliminarlo. Y para ello (impedir que la proteína S se una a ECA2), el hospedero oponente ha desarrollado varias estrategias entre las que se encuentran las defensas naturales, y otras que provienen del exterior.
Veamos primero las naturales. El oponente cuenta con un arsenal de células y moléculas del sistema inmune, innato y adaptativo, para bloquear al enemigo en el momento en el que lo reconoce. Desgraciadamente, estas defensas responden tan fuerte en algunas ocasiones, que se vuelven en contra de quién las produce, tal es el caso de la citocina pro-inflamatoria IL-6, por lo que se requiere de la ayuda de fármacos que bloqueen sus efectos (anticuerpo Tocilizumab contra el receptor de IL-6).
Las defensas iniciales del oponente pueden ser reforzadas con ayuda externa. Una opción es utilizar las defensas de otros que han salido victoriosos en esta guerra con el enemigo (transfusión de plasma de pacientes convalecientes).
Es un hecho que la opción de ofensiva inicial con más probabilidades de éxito radica en las vacunas, las cuales le pueden conferir al oponente un arsenal de soldados (células especializadas para atacar específicamente, producción de anticuerpos neutralizantes) para combatir de manera eficaz y certera al enemigo antes de que éste pueda ingresar y ocasionar daño.
Si en este primer encuentro el enemigo resulta victorioso, utilizará ahora 4 frentes de ataque adicionales, para los cuales el oponente también ha empleado estrategias de defensa externas.
Algunas de las acciones de defensa se han enfocado en impedir la entrada a través del bloqueo de la proteína S o del receptor ECA2 (fármaco Camostat, ECA2 soluble o con anticuerpos monoclonales que se unan a la proteína S).
Si el SARS-CoV-2 pasa esta barrera y logra unirse a ECA2, se formará un endosoma (partícula subcelular necesaria para el ingreso a la célula hospedera). Afortunadamente, para esta estrategia de ataque también se ha diseñado un mecanismo de defensa. Se trata de la cloroquina o de la hidroxicloroquina, las cuales evitan la fusión del virus con el endosoma a través de incrementar el pH de este último; sin embargo, el uso de esta estrategia es controversial ya que no siempre da resultados positivos. Por lo tanto, el enemigo logra vencer estas barricadas y sigue atacando; el siguiente paso consiste en liberarse del endosoma para “secuestrar” los recursos del hospedero contrincante y fabricar más armamento, indispensable para hacer más copias de sí mismo. Uno de estos armamentos es una proteasa viral (3CLpro) la cual requiere para procesar sus proteínas. Para detener este evento, el hospedero oponente ha empleado inhibidores de proteasas virales como el Lopinavir y el Ritonavir, los cuales, desafortunadamente, no siempre resultan exitosos.
El enemigo prosigue su camino hacia la fabricación de más copias idénticas de sí mismo, duplicando su esencia genética, su ARN, para lo cual ha producido una ARN polimerasa dependiente de ARN (RdRps). Para este caso el hospedero también contraataca. Cuenta con el Remdesivir que bloqueará la replicación del ARN viral.
Con estos 4 frentes de ataque que el enemigo emplea, resulta muy complicado para el oponente salir victorioso, ya que las estrategias se diseñaron originalmente para atacar a otros enemigos.
Hasta el momento de la redacción de esta crónica de guerra, todas las estrategias aquí descritas se encuentran en ensayos clínicos, y ninguna ha sido avalada, de manera específica, para tratar COVID-19 y/o eliminar al SARS-CoV-2.
Queda evidenciado que conocer al enemigo y a la respuesta de ataque del hospedero son fundamentales para determinar la estrategia en esta guerra, que ojalá en este caso no se convierta en una batalla sin fin.
REFERENCIAS:
Tu, Y.-F., Chien, C.-S., Yarmishyn, A.A., Lin, Y.-Y., Luo, Y.-H., Lin, Y.-T., Lai, W.-Y., Yang, D.-M., Chou, S.-J., Yang, Y.-P., Wang, M.-L., Chiou, S.-H. A review of Sars-cov-2 and the ongoing clinical trials (2020) International Journal of Molecular Sciences, 21 (7), art. no. 2657.
Li, H., Zhou, Y., Zhang, M., Wang, H., Zhao, Q., Liu, J. Updated approaches against SARS-CoV-2 (2020) Antimicrobial Agents and Chemotherapy, 64 (6), pp. 1-7.
ALEJANDRA OCHOA ZARZOSA.
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia
Centro Multidisciplinario de Estudios en Biotecnología
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
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