Foto sin título de Gratisography, tomada de: https://www.pexels.com/pt-br/foto/7018-agricultura-animal-bezerro-534/
Agentes microscópicos acelulares han puesto en jaque, este año de 2020, a organizaciones internacionales y gobiernos nacionales. Esas entidades mantienen en cuarentena a millones de personas y han colapsado muchos sistemas sanitarios. Las discusiones sobre el tema son constantes, pero hay una que muchos prefieren evitar: el papel que ha jugado el abuso que los humanos hemos cometido contra los animales no humanos, especialmente los destinados al consumo, como una causa de la proliferación de esta enfermedad.
Las respuestas a la pandemia ocasionada por el SARS-COV2 han sido muy diversas. Algunos gobiernos han tomado medidas que limitan, incluso vulneran, los derechos humanos como la libertad de tránsito, la libertad de trabajo y la protección de datos personales, entre otros. Pero ¿alguien piensa en los derechos de los animales?
Los animales no humanos han sido sin duda vulnerados, maltratados, torturados, a lo largo de la historia de la humanidad, sin ningún remordimiento; pero la crueldad a la que los hemos sometido en las últimas décadas no tiene precedente. Los sistemas de producción industrializada de carne para el consumo humano son una ventana ejemplar de los horrores que viven los animales en nuestros días. Paul McCartney ha dicho: “Si los rastros tuvieran paredes de cristal todos seríamos vegetarianos” (1).
En 2001, cuarenta y siete mil millones de animales fueron sacrificados para producir alimento en todo el mundo. Eso representa la muerte de cinco millones de animales cada hora. En Estados Unidos de Norteamérica, en 2013, se sacrificaron más de nueve mil millones de animales, para consumo de una población de 316 millones de habitantes, un promedio 28 animales por año por cada estadounidense (2).
En palabras de la primatóloga Jane Goodall, la falta de respeto con la que hemos tratado a los animales es la principal causa de la pandemia del Covid-19 (3). El filósofo Peter Singer señala que la causa subyacente a la proliferación, tanto del SARS (Síndrome Respiratorio Grave) de 2003, como del Covid-19, son los “mercados húmedos” de China: espacios en los que se compran animales vivos de muchas especies que son sacrificados en ese mismo sitio para su consumo o transporte (4). Sin embargo, aunque las especies que se venden en estos mercados chinos pueden parecen exóticas a los ojos de las culturas occidentales, los mercados de nuestros países no son muy diferentes.
Siguiendo las reflexiones de Singer, estos mercados son infiernos en donde se hacinan los animales, entre agua contaminada, charcos de sangre, fluidos corporales y trozos de animales mutilados. De ahí su nombre: mercados húmedos.
Goodall también ha señalado que es en los mercados de animales salvajes en Asia y África “donde las criaturas están hacinadas y se crean las condiciones perfectas para que los virus salten entre distintos ejemplares y especies”.
En estos infiernos, millones de seres sensibles sufren y se angustian, viven un holocausto sistemático que se funda en costumbres culturales arraigadas en el sentido de superioridad de la raza humana. Si alguien pretende cuestionar estos fundamentos surgen justificaciones sobre la “necesidad” de consumir animales en beneficio de la salud. La actual pandemia nos permite cuestionar esto con contundencia.
Tom Regan ha delineado el enfoque de los derechos de los animales, abogando por comprender que los animales no humanos poseen una diversidad de capacidades sensoriales y cognitivas, es decir, ven, oyen, anticipan, planean y actúan con intención (5). Comparten con los humanos placer y dolor físico, pero también temor, alegría, soledad; esto puede definir una vida mental de estos sujetos que son dueños de una vida. Los animales no humanos tienen pues sus propios intereses de vivir libres de sufrimiento, de enfermedad, de angustia, de vivir en libertad y de desarrollarse acorde con su especie; esto bien podría traducirse en un reconocimiento jurídico de estos intereses, convirtiéndolos en derechos.
Las condiciones en las que los animales viven en las cadenas de producción industrializada y en los mercados húmedos atentan contra esos intereses y ahora podemos ver muy claramente que también atentan contra los nuestros: las enfermedades que ahora experimentamos son, en buena medida, el resultado del maltrato al que los hemos sometido porque las condiciones de reproducción, crianza, transporte y sacrificio de estos seres son la causa de los desequilibrios en su salud y, en consecuencia, en la nuestra. Parece ahora muy claro que los intereses de los animales no humanos y de los humanos convergen en estos momentos: ellos no quieren morir y nosotros tampoco.
La pandemia nos ha obligado a repensar y reconstruir nuevas formas de comunicación social y política, nos ha llevado a repensar nuestros hábitos de consumo en general. Es un buen momento para repensar también en la forma en la que nos hemos relacionado con la naturaleza y con los animales. Prohibir, de manera permanente, los mercados húmedos sería un primer paso, inquietante para muchos, que pondrá en la mesa de debate nuestras preferencias culturales y nuestras costumbres.
El Derecho ha intentado desde diversas perspectivas moderar la interrelación entre humanos y no humanos, con un éxito incipiente hasta ahora. Diversos sistemas jurídicos han abonado a concebir a los animales como entidades protegidas, pero no sería este un buen momento para asumir que son parte de nuestra comunidad moral y jurídica.
Es momento de pensar que los animales merecen ser tratados con respeto porque, además de ser capaces de sufrir, son criaturas que experimentan el mundo desde sus propios intereses. Y, si al final, los argumentos aquí vertidos no convencen al lector, entonces lo invito a tratar con mayor respeto a los animales por su propia salud y por el medio ambiente.
Referencias:
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https://www.youtube.com/watch?v=InoSUuXAQKY
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http://www.countinganimals.com/how-many-animals-does-a-vegetarian-save/
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https://www.europapress.es/cultura/cine-00128/noticia-jane-goodall-falta-respeto-animales-causado-pandemia-coronavirus-20200416133432.html
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https://www.project-syndicate.org/commentary/wet-markets-breeding-ground-for-new-coronavirus-by-peter-singer-and-paola-cavalieri-2020-03/spanish
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REGAN, Tom. En Defensa de los Derechos de los Animales. México: Fondo de Cultura Económica, 2016. Véase también file:///C:/Users/Rosa%20Mar%C3%ADa/Downloads/Dialnet-EnDefensaDeLosDerechosDeLosAnimales-6622349.pdf
ROSA MARÍA DE LA TORRE TORRES
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
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